A veces,la vida nos pone en el camino a grandes genios,revestidos de humildad,sensatez y bondad,cuya única misión es aportarnos día tras día el buen humor y la ilusión necesarios para afrontar cada mañana con una sonrisa renovada.Gracias a esas pequeñas dosis de realismo mágico,la rutina diaria es capaz de sobrellevarse con una facilidad pasmosa.
Y para muestra,un botón;cómo una simple conversación cotidiana puede convertirse en una lección magistral de ironía,humor y sagacidad;disfrazado de prosa literaria,este texto nos ofrece uno de los mejores ejemplos en lo que al dominio del lenguaje se refiere.
Acta de la reunión informal realizada por casuales miembros del claustro de la facción escindida del IES Príncipe Felipe Marujista-Leonorista,celebrada a mediados de diciembre de 2014 en momentos de asueto.Lugar:sala de desasosiego pessoísta con íntimos matices comunales y aromas de bollería industrial y cafeína.11:15 p.m.
Orden del día.
Tema único: la amistad como remedio vitalista contra el remedo de la vida.
Inicia la sesión Paloma,como miembro destacado de la facción encargada de la provocación manipulada.
Incita a Teresa,miembro del ala blanca del claustro cuya sonrisa no ha sido superada hasta la fecha,preguntando qué elementos son importantes en su vida (atiéndase a la retórica directa e intimidatoria).
La integrante del claustro homónima de la santa abulense afronta la cuestión de cara y se deja de yemas calientes de la mística contestando lo siguiente:
"En la vida,los amigos pueden ayudar a superar fracasos que en solitario no se pueden afrontar.Los amigos son,en ocasiones,tan importantes como uno mismo para sobrevivir".
Paloma,alimentada en su yo combativo,contraataca alegando que muchos amigos no llegan al nivel esperado y que muchas veces es mejor "estar solo que mal acompañado".
La tocaya de la beata de Calcuta contraataca exponiendo su experiencia personal,considerando admisible la postura de la licenciada Paloma,pero insinuando que un cambio voluntario en la actitud,por parte de su replicante valdría más que cien intenciones.
Sin tiempo para la contrarréplica,Adriana,la políglota artista camuflada como profesora polivalente,habitualmente llamada "la sin piernas",se desnuda emocionalmente ante su auditorio docente y confiesa que,como amiga,deja mucho que desear,ya que abandona las labores relacionales y amistosas.
El silencio que se hace en la sala no se puede transcribir,pero la sinceridad de la confesión al estilo "alcohólicos anónimos" ha dejado petrificado el aliento de los asistentes.
Para cortar el hielo,José Luis,sorbe su café con leche de soja,con excesivo ruido,e intenta superar el testimonio anterior contando su amistad con otro compañero del alma de su juventud,truncada por una Yoko Ono que desbarató una relación tan intensa como las lágrimas que quiere que le afloren,para quedar bien,pero que no le llegan.
Paloma,que no admite miembros pasivos,increpa a Elena para que aporte sus ideas y,tras salir airosa como micifuz con abdomen supino,sigue,en modo multitarea,con sus menesteres correctores de los trabajos del alumnado,su móvil y sus pensamientos erráticos.
A la desesperada,Amada bombardea la reunión con una inquietud sobre la búsqueda de razones vitales para la amistad y para uno mismo.
El clímax se rompe ante la llegada de Lucía,que introduce la variable pedagógico-realista de la dura cotidianeidad,acosada por la preocupación tutorial.Paco entra,como toro bravo,al trapo y la reunión se sudivide en pequeños grupúsculos.
El cotidiano,punzante y repetitivo timbre disuelve la reunión a las 11:40.
En Madrid,a 16 de diciembre de 2014
El secretario:
JL
Usemos la lengua como nuestra mejor arma:la palabra al servicio del mundo,el mundo rendido a la palabra.
viernes, 19 de diciembre de 2014
lunes, 15 de diciembre de 2014
¿Para qué sirve la literatura?
De nuevo ese maldito interrogante,la incesante pregunta con la que,año tras año,algún alumno curioso,ávido de respuestas(o de excusas) da el pistoletazo de salida a un largo y encarnizado debate,a menudo infructuoso.Porque tan simple cuestión significa, de entrada, lo siguiente:en una sociedad completamente dominada por el utilitarismo no cabe plantearse "el placer por el placer",el descubrimiento de nuevos horizontes o ese maravilloso momento de soledad y evasión que nos proporciona la literatura.
En la galaxia de las nuevas tecnologías,el libro mira entristecido,desde la estantería cubierta de polvo (como el arpa de Bécquer),a esas nuevas formas digitalizadas de entretenimiento y diversión que no dan tregua ni descanso a nuestras bulliciosas mentes.
Por esto,y para no abrir de nuevo el debate,dejo a continuación un artículo periodístico de Santiago Gamboa,cuya lectura será más que suficiente para ilustrar una de las muchas utilidades que la literatura nos ofrece;una historia real y emocionante,que demuestra el verdadero poder de la palabra,usada de nuevo como una de nuestras mejores armas.
DE POETAS Y AVIADORES
La historia que me dispongo a contar es algo triste y, la verdad, no sé por qué voy a contarla ahora y no, por decir algo, dentro de un mes o dentro de un año, o nunca. Supongo que lo hago por nostalgia de mi amigo el poeta portugués Ivo Machado, que es uno de los dos protagonistas, o tal vez porque acabo de comprar una pequeña avioneta de metal que ahora tengo en mi escritorio. Disculpen el tono personal. Esta historia será excesivamente personal.
El protagonista número Uno es, como ya dije, el poeta Ivo Machado, nacido en las islas Azores, pero lo que nos importa es que en su identidad civil, la de todos los días, es controlador aéreo, una de esas personas que están en las torres de control de los aeropuertos y guían a los aviones a través de las rutas del cielo.
La historia es la siguiente: cuando Ivo era un joven de 25 años (a mediados de los ochenta) controlaba vuelos en el aeropuerto de la isla de Santa María, la más grande del archipiélago de las Azores, en mitad del Atlántico, equidistante de Europa y América del Norte.
Una noche, al llegar a su trabajo, el jefe le dijo:
-Hoy dirigirás un solo avión.
Ivo se extrañó, pues lo normal era llevar una docena de aeronaves. Entonces el jefe le explicó:
-Es un caso especial, un piloto inglés que lleva un bombardero británico de la Segunda Guerra Mundial hacia Florida para un coleccionista de aviones que lo compró en una subasta en Londres. Hizo escala aquí y continuó hacia Canadá, pues tiene poca autonomía, pero lo sorprendió una tormenta, debió volar en zigzag y ahora le queda poca gasolina. No le alcanza para llegar a Canadá y tampoco para regresar. Caerá al mar.
Al decir esto le pasó los audífonos a Ivo.
-Debes tranquilizarlo, está muy nervioso. Dile que un destacamento de socorristas canadienses ya partió en lanchas y helicópteros hacia el lugar estimado de caída.
Ivo se puso los audífonos y empezó a hablar con el piloto, que en verdad estaba muy nervioso. Lo primero que éste quiso saber fue la temperatura del agua y si había tiburones, pero Ivo lo tranquilizó al respecto. No había. Luego empezaron a hablar en tono personal, algo infrecuente entre una torre de control y un aviador. El inglés le preguntó a Ivo qué hacía en la vida, le pidió que le hablara de sus gustos y de sus sentimientos. Ivo dijo que era poeta y el inglés pidió que recitara algo de memoria. Por suerte mi amigo recordaba algunos poemas de Walt Whitman y de Coleridge y de Emily Dickinson. Se los dijo y así pasaron un buen rato, comentando los sonetos de la vida y de la muerte y algunos pasajes de la Balada del viejo marinero, que Ivo recordaba, donde también un hombre batallaba contra la furia del mundo.
Pasó el tiempo y el aviador, ya más tranquilo, le pidió que recitara los suyos propios, y entonces Ivo, haciendo un esfuerzo, tradujo sus poemas al inglés para decírselos sólo a él, un piloto que luchaba en un viejo bombardero contra una violenta tempestad, en medio de la noche y sobre el océano, la imagen más nítida y aterradora de la soledad. "Noto una tristeza profunda, un cierto descreimiento", le dijo el aviador, y hablaron de la vida y de los sueños y de la fragilidad de las cosas, y por supuesto del futuro, que no será de la poesía, hasta que llegó el temido momento en que la aguja de la gasolina sobrepasó el rojo y el bombardero cayó al mar.
Cuando esto sucedió el jefe de la torre de control le dijo a Ivo que se marchara a su casa. Después de una experiencia tan dura no era bueno que dirigiera a otras aeronaves.
Al día siguiente mi amigo supo el desenlace. Los socorristas encontraron el avión intacto, flotando sobre el oleaje, pero el piloto había muerto. Al chocar contra el agua una parte de la cabina se desprendió y lo golpeó en la nuca. "Ese hombre murió tranquilo", me dice hoy Ivo, "y es por eso que sigo escribiendo poesía". Meses después la IATA investigó el accidente e Ivo debió escuchar, ante un jurado, la grabación de su charla con el piloto. Lo felicitaron. Fue la única vez en la historia de la aviación en que las frecuencias de una torre de control estuvieron saturadas de versos. El hecho causó buena impresión y poco después Ivo fue trasladado al aeropuerto de Porto.
"Aún sueño con su voz", me dice Ivo, y yo lo comprendo, y pienso que siempre se debería escribir de ese modo: como si todas nuestras palabras fueran para un piloto que lucha solo, en medio de la noche, contra una violenta tempestad.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
"Estos días azules y este sol de la infancia..."
Con estos últimos versos marchó, hace ya 75 años, uno de nuestros más célebres y admirados poetas. Se extinguió, como el último rastro de una supernova, con el recuerdo melancólico de quien fue su único amor, con la tristeza de ver deshechos y agonizantes sus campos de Castilla y con unas inefables ganas de vivir ("Hoy es siempre todavía"),de reanimar a través de sus versos al fénix dormido y enfermo que llevaba dentro.
En su honor,y como primera entrada de este blog,un poema de abrumadora actualidad,con el dolor intenso de quien contempla desilusionado su propia sociedad pero,a la vez,entreabriendo una ventana a la esperanza de un mañana mejor.
EL MAÑANA EFÍMERO
La
España de charanga y pandereta,
cerrado
y sacristía,
devota
de Frascuelo y de María,
de
espíritu burlón y alma inquieta,
ha de
tener su marmol y su día,
su
infalible mañana y su poeta.
En
vano ayer engendrará un mañana
vacío
y por ventura pasajero.
Será
un joven lechuzo y tarambana,
un
sayón con hechuras de bolero,
a la
moda de Francia realista
un
poco al uso de París pagano
y al
estilo de España especialista
en el
vicio al alcance de la mano.
Esa
España inferior que ora y bosteza,
vieja
y tahúr, zaragatera y triste;
esa
España inferior que ora y embiste,
cuando
se digna usar la cabeza,
aún
tendrá luengo parto de varones
amantes
de sagradas tradiciones
y de
sagradas formas y maneras;
florecerán
las barbas apostólicas,
y
otras calvas en otras calaveras
brillarán,
venerables y católicas.
El
vano ayer engendrará un mañana
vacío
y ¡por ventura! pasajero,
la
sombra de un lechuzo tarambana,
de un
sayón con hechuras de bolero;
el
vacuo ayer dará un mañana huero.
Como
la náusea de un borracho ahíto
de
vino malo, un rojo sol corona
de
heces turbias las cumbres de granito;
hay
un mañana estomagante escrito
en la
tarde pragmática y dulzona.
Mas
otra España nace,
la
España del cincel y de la maza,
con
esa eterna juventud que se hace
del
pasado macizo de la raza.
Una
España implacable y redentora,
España
que alborea
con
un hacha en la mano vengadora,
España
de la rabia y de la idea.
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